“La auténtica fórmula de la Coca Cola está escrita en un grano de arroz que está dentro de una caracola oculta en un viejo bolso de abuela que está encerrado en un cofre inca, en la cubierta de un barco pirata, tragado por una ballena que se encuentra atrapada dentro de un volcán custodiado por un animal de dos cabezas en una isla perdida…” Al menos eso reza un anuncio de Coca-cola emitido en 2008 que hace marketing aprovechando el mito del lugar donde se esconde la fórmula secreta.
Coca-cola mantiene viva la leyenda urbana de que su fórmula, uno de los mayores secretos de occidente, está guardada bajo siete llaves y soterrada en una cámara de Atlanta, Georgia. Tan valioso secreto que su dueño perdería millones de dolares si alguien consigue echarle un vistazo. La creencia popular cuenta que solo dos directivos, extraños el uno al otro, tienen acceso a la caja fuerte y cuando uno muere lega ese secreto a un sucesor.
El historiador Mark Pendergrast se ha empeñado en desvelar el secreto y ha publicado una copia de la fórmula en su nuevo libro de kilométrico nombre: For God, Country and Coca-Cola: The Definitive History of the Great American Soft Drink and the Company that makes it. El escritor afirma que las instrucciones han pasado de generación en generación en la familia de Frank Robinson, el socio del químico John Pemberton, que produjo la bebida en el verano de 1886.
Entre los ingredientes del libro hay azúcar, zumo de lima, nueces y cilantro, a los que se suman hojas de coca, cafeína, siete aceites esenciales (de los que la vainilla es el más fácil de conseguir) y colorante de caramelo. La receta incluye lo siguiente:
La fórmula original de la Coca-cola (incluye cocaína líquida)
Para 36 galones: Para el sabor:
216 libras de azúcar 1½ litro de alcohol
18 galones de agua 12o onzas de semilla de nuez
29o onzas de zumo de lima 19o onzas de extractod e vainilla
29o onzas de acido citrico 13 [letra ilegible] de jugo de limón
18o onzas de cafeína 10 d de acite de canela
29o onzas de saborizante 12 d de aceite de nuez
3 litros de colorante 15 d de cilantro
15 litros de coca 12 d de aceite neroli
Mientras trabajaba para la primera edición del libro, Pendergrast se topó con que la fórmula era celosamente guardada por el bisnieto del Frank Robinson original. Tras un divorcio y una feroz batalla legal, el descendiente, Frank Robinson II, dejó el secreto en manos de su hermana Laura y ésta antes de morir le pasó la receta al historiador.
Frank Robinson era socio comercial de Pemberton, y el que inventó el nombre y las distintivas letras itálicas de la marca. “Pemberton regañó a Robinson por patentar Coca-cola y le dijo que no tenía derecho a ello”, dice Pendergrast. Después de eso Pemberton hizo su propia copia de la fórmula en su intento de atraer nuevos clientes.
Al principio la coca-cola no era más que otro refresco que se basaba en las propiedades medicinales de la hoja de coca, importada de Perú. Sin embargo se hicieron modificaciones a la receta original escrita en 1903. Se sustituyó la cocaína por cafeína cuando la bebida se volvió más comercial.
Coincidiendo con la nueva publicación de Pendergrast, ha saltado a la palestra otro norteamericano que acredita poseer la mágica formula. Cliff Kluge, un vendedor de antigüedades del Estado de Georgia, dice haber encontrado una variante de 1943 en una vieja caja. Por ello abrió una subasta por 5 millones de dolares, pero dejo la puerta abierta a “comprar ahora” por 15 millones. “Es un precio barato por conocer el millonario secreto si uno quiere comercializar el producto” se ufanaba Kluge. Desafortunadamente para él la subasta acabó el 14 de mayo sin recibir ninguna puja.
Coca-cola ha desmentido las reivindicaciones tanto de Pendergrast como de Kluge, insistiendo en que la única copia verdadera se encuentra a salvo y soterrada en Atlanta. ¿O tal vez sea cierto que se está escrita en un grano de arroz que está dentro de una caracola oculta en un viejo bolso de abuela…?
Carlos de Lorenzo Ramos
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